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Con motivo de un pequeño enfrentamiento entre Tom Norton y Darrell Hopper en uno de los entrenamientos, curiosamente algo poco habitual a pesar de la agresividad con la que Panteras los acometía, los jugadores más cercanos al rifi-rafe tuvieron que intervenir para separarlos.

Julio Romero fué uno de los primeros en llegar.

Habida cuenta que los 2 protagonistas del enfrentamiento eran Americanos y que el a la postre causante de la pelea, Darrel, no tenía ni idea de hablar español, hizo que a Julio que tenía un conocimiento del Inglés tál, que las jugadas se las aprendía fonéticamente: "Rait pro zerti tu fulbac lid", la única frase que se le vino a la cabeza para calmar los ánimos de Darrel de forma contundente fuera la de...

¡¡¡ TRANK ...!!! ¡¡¡ TRONK ...!!!

No hizo falta traducción alguna.

Paseando, algunos integrantes de Panteras, por la Vía di Crociferi de Roma, camino de la Fontana di Trevi, nos percatamos de una heladería que se hacía apetecible dado el calor que por esas fechas hacía en la ciudad. Esta es una calle muy transitada por los turistas que en ocasiones utilizaban el servicio de unos carruajes tirados por jamelgos italianos. 

Nuestro entrenador, Bernie Walker, aún degustaba su helado con gran pasión, cuando de repente Alvaro dió un grito de alarma al que casi todos reaccionamos con rapidez desapareciendo del centro de la escena, y mas si el grito respondía a la voz de...

                          ¡¡¡ DISPERSIOOONNN !!! 

Quizás el problema fué el idioma, ya que Bernie muy de Paracuellos del Jarama no era, o el hipnotismo gustativo al que le tenía sumido su suculento helado. El caso es que no se dió por aludido cuando una lluvia de escremento de caballo en forma pulverizada, cayó sobre él.

La patada a la mierda, perdón al montón de mierda fué de tal calibre que ni un cartucho de postas habría esparcido mejor el asunto.

Creo que Alvaro no jugó ese partido...

Estando yo con mis hijos en un parque en la reformada Plaza de la Guindalera y viendo cómo estos jugaban con una fuente de estas modernas que los chorros salen del suelo acompasados al ritmo del ruidoso tráfico de la calle Cartagena, caí en la cuenta de que el bar que tenía justo enfrente, ya cerrado y con las cristaleras empapeladas con carteles de toda índole, era "Riosal".

No sé porque empezamos a ir por allí, creo que los dueños eran amigos del Tocho. El caso es que se convirtió en parada obligatoria del post-partido de los Panteras durante los años 1995 al 1997.

Las tuberías de la fuente con la que jugaban los niños no podían ser otras que las de la antigua fuente de aspecto provenzal de la antigua Plaza en la que los conductores de la "ambulancia" hacían una primera parada para despejar con el chorro de agua helada a todo aquél, y siempre en contra de su voluntad, que por causas relacionadas con la cebada fermentada empezaban a descentrarse.

La ambulancia no era más que un transporte formado por un grupo de jugadores y conducidos habitualmente por Cacho, que elevaban al enfermo sobre sus hombros y lo trasladaban en volandas a recibir el tratamiento pertinente. 

El arbol sobre el que estaba apoyado, guarneciéndome con su sombra de una agradable pero calurosa tarde de verano, tenía sospechosas marcas de haber sido utilizado como poste separapiernas por los conductores de esta peculiar ambulancia, como segunda y definitiva terapia de choque para recuperar al descentrado.

He de decir que la técnica necesitaba de unos buenos ejecutores puesto que había que separar las piernas del accidentado a ritmo de los achuchones que el resto de integrantes le propinaban contra el arbol y..... sin escrúpulo alguno.

En los 3 años que los Panteras frecuentamos "Riosal" fueron atendidos por esta ambulancia jugadores del equipo y acompañantes en su totalidad, algún jugador valiente del equipo contrario, así como arbitros y algún personaje célebre.

El local actualmente está disponible...

Es verdad que si no llega a ser porque los jovenes españoles le encontramos el lado divertido a todo lo que hacemos, no hubiera sido posible que, en un deporte tan duro como este, un equipo no profesional que les costaba dinero a sus propios jugadores llegara tan lejos como llegó Madrid Panteras. Si, tan duro, pero no por ser un deporte de contacto en general, sino por la dureza de sus entrenamientos. Madrid Panteras ha llegado donde ha llegado gracias a la dureza de sus entrenamientos.

                                    "Así como entrenas, juegas".

Para Panteras el 90% de los partidos eran mas suaves que cualquiera de sus entrenamientos. Y eso se convirtió en una filosofía de equipo.

El entrenador que llegaba nuevo a Madrid sabía que este equipo podía ser campeón por como entrenaba. Y la culpa de eso la tuvieron sus primeros entrenadores.

Al comienzo y enseñandonos que este deporte era "Fuerte", Jason Applebaun y Miguel Estrada y después Otis, Jeff y Tim, que para empezar la sesión de entrenamiento 50 hit its no nos lo quitaba nadie y otros 50 para terminar....

                                                            ¡¡ Cómo nos lo pasabamos !!

Cuando Vicente Martín-Pozuelo Cantos me invitó a hacer realidad una idea que siempre habia tenido en su cabeza y que había plasmado en un proyecto de la carrera de Ciencias Económicas y Empresariales junto a otro compañero, Alfonso Gonzalez Lavín, pensé que bastante teníamos encima con intentar aprobar los duros exámenes de Macroeconomía para que encima nos distrajéramos con jueguecitos del otro lado del charco.

Pero por aquel entonces todo lo que viniera de allí llamaba la atención, así que allá por la Primavera de 1989 nos embarcamos en el proyecto y realizamos la 1ª convocatoria de jugadores y posibles entrenadores en el campo del Paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid.

Para ser mas exactos, en los jardines que rodean el campo del Paraninfo. Ni que decir tiene que sólo eramos un grupo de estudiantes sin un duro pero con muchas ganas.

Aparecieron gente como Jason Appelbaum que a la postre fué el primer entrenador del equipo y al que debemos parte de la dureza que siempre caracterizó a Panteras. !!! Fuerteeee ¡¡¡ He de decir que Jason no era la primera opción, había entrenadores con mas experiencia, pero querían cobrar, así que fué fácil decidirse.

Y el destino nos quiso regalar la mejor opción, Jason ...